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Interés Publicidad 13/01/2016

¿A quién le importa el marketing de 2016 sabiendo cómo será el de 2028?

Escrito por RosaBel

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Alex Smith, jefe de estrategia de Basic Arts, está cansado de oír hablar por aquí y por allá de las predicciones de marketing para 2016.

2016

El ejecutivo cree que no sirve de nada tener la mente puesta en lo que ocurrirá durante los próximos doce meses, porque lo más probable es que nada sea completamente nuevo y que se hable de lo mismo que el pasado enero, y aboga por mirar mucho más allá porque los “grandes cambios culturales tienden a emerger gradualmente, durante una década o más”. 

Por ello ha escrito en Marketing Magazine un artículo en el que explica las que considera que, en base a las actuales condiciones del mercado, serán las tendencias “marketeras” en el año 2048:

1. Anti-marketing

Para Smith el polémico caso de Proetein World cuya publicidad se volvió viral al ser tildada de machista, sentó ciertos precedentes en la industria.La idea consiste en aplicar al mundo del marketing la archiconocida cita atribuida a Oscar Wilde: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”.

Para ello es necesario olvidarse del público objetivo de la marca y trasmitir justo la opinión contraria que estos tienen, centrándose en los “enemigos”, explica Smith. “En una época donde la mala noticia tiene 10 veces la tracción de una buena, podemos empezar a ver un poco más de marcas que descubren que hacer algunos enemigos no es tan malo”. Incluso bromea con que puede que no sea tan descabellado ver a una marca de alimentos cárnicos “lanzándose” a a por los vegetarianos.

2. Productos para recaudar fondos

Los principios de identidad de las marcas y sus valores de sostenibilidad cada vez son más importantes, por lo que Smith cree que cada vez será menos común ver a empresas que centran todos sus esfuerzos en sus productos básicos.

Smith pone como ejemplo a Red Bull, cuya bebida cada vez se ve más como “una filial de su empresa más que como el corazón de ella”. “El resultado es que la compra de una lata de Red Bull se siente como la recaudación de fondos para el próximo Felix Baumgartner, en lugar de ser el final de la transacción que se sentiría con, por ejemplo, Coca-Cola”.

3. La muerte de las marcas sin sentido

Para Smith, “las marcas van a tener que actuar con rapidez” para mantener su relevancia dentro de su línea de negocio. Apuesta a que hay miles de marcas que se arriesgan a desaparecer, sobre todo aquellas que solo tienen un único producto, o que no tienen un papel definido dentro de su mercado.

Aquellas que se consideren inútiles para la gran mayoría de los consumidores están destinadas o a rediseñarse y ser únicamente valiosas o interesantes a nivel interno, o a hundirse ante la gran base de usuarios -que son quienes están acelerando esta tendencia- que son más expertos que la propia marca, defiende.

4. La desaparición de los departamentos de marketing

Al hilo de todo los puntos anteriores, Smith concluye que la consecuencia final, “junto con el aumento de la transparencia y de la eficiencia del mercado”, será que el marketing, en lugar de ser solo el departamento de una empresa, será más bien el eje central de una compañía y que será responsabilidad de todo el conjunto de trabajadores.

De acuerdo a sus estimaciones, esto significa que los departamentos de marketing se harán cargo de la empresa, o lo que es lo mismo, que la empresa quedará en manos de los marketeros.

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